El tedio
El espacio que le sobró al tiempo inútil
“Pero en todos estos casos se invoca la forma de lo idéntico en el concepto, la forma de lo Mismo en la representación, para dar cuenta a la repetición: se habla de repetición para elementos que son realmente distintos , y que, sin embargo, tienen estrictamente el mismo concepto. La repetición aparece pues como una diferencia, pero una diferencia absolutamente sin concepto, en este sentido, diferencia indiferente"
(Deleuze, G., & Delpy, M. (2002). Diferencia y repetición. Buenos Aires: Amorrortu)
Partiendo de la auto-interpelación como práctica artística, del arrastrar como estrategia simbólica, del entender el tiempo como herramienta metamórfica del espacio se despliega la posibilidad de irrumpir en cualquier territorio “en blanco”. Mediante el ejercitar la tolerancia ante el desafío de lo irreversiblemente temporal este trabajo se entiende como proceso inagotable, una experiencia disociativa entre lo físico y lo mental.
“El espacio que le sobró al tiempo que no usé” es parte de una pieza que recolecta el sobrante de las minas de un lápiz, ese trozo inutilizable porque el propio mecanismo del lápiz impide hacer uso de él. Esta obra representa exactamente lo que su título indica, refiriéndose a la colección de excedentes de minas que se va acumulando al escribir metódicamente y mecánicamente la palabra tedio en libretas en blanco. En ese esfuerzo metódico, en la rutina de la repetición sistemática de una misma acción esta contenido el proceso de arrastrar la palabra como forma de interpelarla.
Este trabajo invita a observar y reflexionar acerca de los limites de tolerable, como una forma de habitar el límite de lo infinito (in-finito)